Queridos amigos,
Este Domingo celebramos la Fiesta de San Andrés. En Sumner movemos la Fiesta a este Domingo, porque nos gozamos de que sea nuestro Santo Patrón. El día de su Fiesta es en realidad el 30 de Noviembre y normalmente la moveríamos al Domingo más cercano, pero cada año el Domingo más cercano a la fiesta es el Primer Domingo de Adviento, que no puede moverse, y el Domingo anterior es la Fiesta de Cristo Rey, que tampoco puede moverse. Así que la adelantamos dos semanas para poder celebrar como parroquia a nuestro gran Patrón, el Apóstol San Andrés, este Domingo. Es mucho más fácil en Orting, ya que la Fiesta de los Santos Cosme y Damián es el 26 de Septiembre y no hay nada que nos impida moverla al Domingo más cercano cada año.
Este fin de semana se nos recuerda de nuestra mayordomía, nuestra responsabilidad de utilizar y compartir los dones que Dios nos ha dado para la edificación de su Reino. Los ejemplos de nuestros Santos Patronos me edifican. Tenemos a grandes hombres como ejemplos al tratar nosotros mismos de ser santos, creciendo cada vez más para ser los hombres y mujeres Católicos que Dios tuvo en mente cuando nos creó. Como San Andrés, tenemos que escuchar el llamado y tratar de estar con el Señor. En el Evangelio de San Juan, San Andrés está paseando con el primo de Jesús, San Juan Bautista, cuando este dice: "He aquí el Cordero de Dios". Inmediatamente San Andrés deja a su maestro, y con el otro San Juan, el evangelista, sigue a Jesús. Oyó algo que despertó su interés y como él estaba buscando al Mesías, el Ungido que había de venir y salvar a su pueblo, estaba atento y escuchando el llamado. Él empieza a seguir a Jesús y Jesús se vuelve, reconociendo que hay dos hombres que lo siguen y les pregunta: "¿Qué buscan?". San Andrés responde: "¿Dónde vives?". Él quiere estar con Jesús, para llegar a conocerlo. Aquí es donde comienza nuestro discipulado, una relación con Jesús. Tómese el tiempo para hablar con Él y caminar con Él mientras usted discierne cómo Él está llamando a usted a compartir su tiempo, talento y tesoro con la comunidad.
San Cosme y San Damián eran médicos de profesión. En todas las épocas, el que practica la medicina tiene un lugar privilegiado en la sociedad, ya que sus servicios son muy valiosos para la sociedad. Reconociendo sus dones y capacidad de servir, comenzaron a ofrecer sus servicios sin cobrar. ¿Se imagina usted si hubiera un médico en Sumner/Orting que no cobrara? La fila sería larguísima todos los días. San Cosme y San Damián confiaron que tendrían lo necesario para vivir porque utilizaban sus dones para la gloria de Dios y sabían que Él cuidaría de ellos.
Siempre me inspira el ejemplo de los santos. En mi viaje en Francia pude visitar el Santo Patrón de los sacerdotes, San Juan María Vianney. San Juan no sobresalió en sus estudios y tuvo problemas para ser ordenado. Después de la ordenación lo enviaron a un pequeño pueblo en el medio de la nada. Transformó esa aldea en un lugar de peregrinación y al final de su vida más de 10,000 personas iban a Ars cada año para confesarse con este santo sacerdote. Con la llegada de más y más peregrinos, dormía menos y menos. Al final de su vida, San Juan María Vianney dormía sólo 4 horas cada noche. Aquí tenemos filas para la confesión, pero no tan largas todavía. Yo oro para que Dios continúe usándome como su instrumento para compartir Su Divina Misericordia con todos sus hijos, sobre todo en el confesionario. No tengo mucho que dar, pero cuando me entrego a mí mismo entonces yo experimento la más grande bendición. Visitar al santo cura de Ars, San Juan María Vianney, me ha inspirado a servir entregándome más y más como su sacerdote. Rezo cada día para que yo pueda estar más atento a la gracia de Dios y utilizar los dones que Él me ha dado para edificar su reino aquí, como San Juan María Vianney lo hizo en Ars.
Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados;
perdonen y serán perdonados.
Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos.
Lucas 6: 36-38