Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Es para mí un honor compartir unas palabras con ustedes esta semana, cuando nos preparamos para entrar en la santísima temporada de Cuaresma. Si bien es cierto que "el tiempo ordinario" es cualquier cosa menos "ordinario", aún así es siempre emocionante para mí entrar en la temporada "extraordinaria" de la Cuaresma, que está llena de maravillosas Escrituras semana tras semana, día tras día, y con las celebraciones de los santos como Tomás de Aquino y Francisco de Sales ,
Durante la Cuaresma, nos dirigimos hacia afuera, centrándonos menos en nosotros mismos y más en Dios y los demás, incrementando nuestras prácticas de oración, ayuno y limosna. Tal vez hemos decidido participar en el programa Historia Sagrada, comprometiéndonos a dar a Dios 15 minutos extras cada día durante las próximas 40 semanas. Tal vez "privarnos" de algo para que otros puedan tener un poco, al donar para la campaña Plato de Arroz de CRS. Podemos venir a escuchar el Padre Richard Clancy, en una misión de tres días, donde nos hablará de La Divina Misericordia de Dios (Marzo 17-19). Cualesquiera que sean las conductas específicas que añadamos o quitemos de nuestra rutina regular, lo hacemos porque deseamos que en nuestra vida Dios pueda crecer y nosotros disminuír. Participamos ahora en la limpieza anual de primavera de nuestros corazones, para que, cuando llegue la Pascua, tengamos espacio para todo el gozo que viene con la Resurrección.
Me encantan las lecturas de esta semana, con su gran énfasis en el amor y la protección de Dios. Él promete: "Yo no te olvido" (Isaías 49, 15), y nosotros respondemos con gratitude, "Sólo Dios descansa mi alma" (Salmo 62, 2). En el Evangelio, Jesús nos recuerda que no nos preocupemos y promete darnos todo lo que necesitamos si sólo "buscamos primero el Reino de Dios y su justicia" (Mateo 6,33). Esto trae a la mente otro de mis versos favoritos de la Escritura: "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús" (Filipenses 4:6-7).
Que este tiempo de Cuaresma sea un buen momento de crecimiento y renovación a medida que continuamos buscando el Reino de Dios y que Él nos conceda su paz que todo lo supera a medida que aprendemos a descansar en Él.
En Cristo,
Monica Rodrigues