Continuando donde me quedé la semana pasada en mi viaje, estábamos en Lisieux con Santa Teresa. Me encantó el ambiente allí, una hermosa ciudad en Normandía. Después de pasar el día allí con Santa Teresa y su familia, de nuevo abordamos el autobús y viajamos por carretera. Nuestro próximo destino era Mont Saint-Michel.
En el camino, nos desviamos un poquito fuera de la autopista principal, para visitar el Cementerio Americano de Normandía. Esta fue una experiencia poderosa. Regularmente asisto a sepelios en el Cementerio Nacional de Tahoma, en Covington, pero no estaba preparado para la experiencia que tuve en Normandía. Era una mañana nublada y la hierba estaba todavía húmeda por el rocío. Yendo del Centro de Visitantes al cementerio no tenía idea de lo que el Señor tenía reservado para nosotros. Inmediatamente me llamó la atención la enormidad del cementerio, en el que están enterrados cerca de 10,000 soldados estadounidenses que dieron sus vidas defendiendo nuestra libertad. Las lápidas están alineadas con precisión militar hasta donde uno alcanza a ver. La mayoría son cruces y hay unas cuantas Estrellas Judías de David también. Aunque estaba en Francia, yo estaba pisando suelo americano y esto causó una profunda impresión en mí en ese momento. Nos encaminamos hacia la capilla, la mayoría de nosotros en silencio, asombrados ante el entorno. Una vez que todos nos habíamos reunido en la capilla empezamos a cantar nuestro himno nacional, dirigidos por Amy, nuestro cantor. Casi nadie tenía un ojo seco ya que resonaba tan maravillosamente en la capilla y en nuestros corazones. Luego cantamos America the Beautiful y terminamos en oración por todos aquellos que dieron sus vidas en ese lugar sagrado y en gratitud por la libertad que disfrutamos por su valentía.
Entonces me quedé viendo hacia la playa, tratando de imaginar cómo habrá sido ese terrible día del 6 de Junio de 1944, cuando las tropas aliadas llegaron a Normandía. Tanta violencia. Tanto coraje.
Nadie tiene un amor mayor que éste: que uno dé su vida por sus amigos. Juan 15:13
Al caminar por el cementerio, nuestra guía y chofer polaco me mostró algo muy Americano. Él señaló el borde del pasto recortado perfectamente a un cuarto de pulgada de la banqueta. Él dijo: "Esto es Estados Unidos."
Nunca me había sentido más patriótico en mi vida que ese día. Realmente estoy orgulloso de ser americano. Tal vez esta reflexión habría sido más apropiada cerca del Día de los Veteranos, que pronto celebraremos, pero cayó en esta semana en la secuencia de mis reflexiones. Estoy muy agradecido por las bendiciones que disfrutamos como estadounidenses. Oremos para que podamos seguir disfrutándolas, recordando quiénes somos, de dónde venimos, y los que nos han precedido.