Queridos amigos,
Hemos llegado a la Semana Santa. Este es el pináculo de nuestro año litúrgico. En nuestra vida hay momentos en los que nos encontramos en el desierto (Cuaresma); momentos en que nos encontramos en las profundidades del dolor y las dificultades (Semana Santa); y momentos cuando nuestras vidas están llenas de alegría y paz sabiendo que Dios ha actuado a través de todas nuestras dificultades para llevarnos al lugar donde nos reencontramos (Pascua). Lleva toda una vida poder experimentar esto y saber cómo funciona todo, y al final no lo sabremos por completo. Cada año tenemos la oportunidad de conocer un poco más, a medida que confiamos en el plan de Dios para nuestras vidas.
Para mi cumpleaños el Consejo Pastoral de San Andrés me regalaron un libro llamado Cicatrices: Ensayos, poemas y meditaciones sobre la aflicción, escrito por el Padre Paul Murray, OP. Ha sido un gran libro para tener y reflexionar durante estos días de Cuaresma. El Padre Paul ha tenido algunas experiencias asombrosas en su vida, las cuales relata en el libro: trabajar con los pobres y adictos en Dublín; con los condenados a muerte en Sudáfrica; en Calcuta con la Madre Teresa. El Padre Paul tiene una gran perspectiva de la vida, la fe y el sufrimiento, que ha adquirido a través de los años y que brillantemente relata en estos ensayos, poemas y reflexiones. La sección final del libro contiene meditaciones sobre Las Últimas Siete Palabras de Cristo. La que resalta para mí y de la cual quiero compartir una parte es la reflexión sobre las palabras "Tengo sed". Estas poderosas palabras formaron íntimamente la espiritualidad de la Madre Teresa. En cada capilla de las Misioneras de la Caridad en todo el mundo, junto al crucifijo, están las palabras: "Tengo sed". En preparación para la Semana Santa, quiero compartir con ustedes esta meditación escrita por el Padre Joseph Langford, MC.
Te conozco todo. Todo lo sé sobre ti.
Puedo contar los cabellos de tu cabeza. Todo en tu vida es importante para mí.
Te he seguido a través de los años, y siempre te he amado - incluso cuando te has perdido.
Conozco cada uno de tus problemas. Conozco tus necesidades y tus preocupaciones.
Y, sí, conozco todos tus pecados.
Pero te digo de nuevo que Te amo - no por lo que has o no has hecho - Te quiero por ti, por la belleza y la dignidad que mi Padre te dio al crearte a Su propia imagen.
Es una dignidad que a menudo has olvidado, una belleza que has empañado por el pecado.
Pero te quiero tal como eres, y he derramado mi sangre para recuperarte.
tengo sed de tí.
Ven a mi y sanaré tus heridas.
Yo te haré una nueva creación, y te dare la paz, incluso en tus dificultades.
tengo sed de tí.
No importa lo lejos que te hayas ido, no importa cuántas veces te olvidas de mí, no importa cuántas cruces puedas cargar en esta vida, hay una cosa que quiero que siempre recuerdes, una cosa que nunca cambiará:
tengo sed de tí.
- Tal como eres -
¿Te resulta difícil de creer? Pues mira mi corazón que fue traspasado por ti.
Todo tu vida he estado buscando que me ames.
Nunca he dejado de buscar amarte y ser amado por ti. Yo estoy a la puerta de tu corazón y llamo. Ábreme.
tengo sed de tí.
Escuchen a Jesús decirles estas palabras a cada uno de ustedes mientras preparan sus corazones para caminar con Él a través de Su pasión, Su muerte y Su resurrección.
Padre Jack D. Shrum