Queridos amigos,
Durante tres semanas hemos celebrado la Primera Comunión, empezando en Orting, luego el pasado fin de semana con nuestra comunidad Hispana y este fin de semana terminamos celebrando en todas las Misas en Inglés en San Andrés. Estos días llenan mi corazón al ver a estos niños tan emocionados por recibir a Jesús por primera vez en el Santísimo Sacramento. Su sentido se acentúa al haber estado preparándose para este día desde hace algún tiempo. ¡Si tan solo tuviéramos una mayor conciencia del gran don y lo especial que es recibir a Jesús cada vez que venimos a la misa! Hace poco escuché de un santo cuya vida entera fue una preparación para la Misa. ¿Significa esto que pasó todo su tiempo en oración en la iglesia? Definitivamente no, ya que nuestra mejor preparación para la Misa es seguir el mandato de Cristo: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado". Amar no es algo nuevo y debería ser el principio que guiara nuestras vidas, incluso sin Cristo, como lo es para muchos que no creen en Él, y sin embargo viven amando profundamente. Como dice San Agustín, "Este es el amor que nos renueva. Cuando amamos como Él nos amó, nos convertimos en hombres nuevos, herederos de la nueva alianza y cantantes de la nueva canción". Este amor fluye de la Eucaristía, donde Jesús da su vida por nosotros, ofreciéndola en la cruz y luego ofreciéndola a nosotros. Así nuestras vidas, unidas a la Suya, se convierten en un sacrificio de amor derramado para la salvación del mundo al amar como Él nos ama.
Nuestras vidas unidas a Cristo son plenas y anhelamos más; sin embargo, frecuentemente nos desviamos y necesitamos un poco de ánimo a lo largo del camino. Espero que todos aquellos que iniciaron el programa de Cuarenta Semanas de oración con nuestra Historia Sagrada al inicio de la Cuaresma hayan podido perseverar. Si no, no se preocupen. Empiecen de nuevo desde donde se quedaron. El enemigo no quiere que ustedes conozcan sus propias historias sagradas y hará lo mejor que pueda para desanimarlos. El Señor quiere ayudar a ustedes en ese camino y les dará la gracia que necesitan para perseverar si así lo desean. Aquellos que han mantenido el ritmo del programa están casi listos para hacer una confesión general, de toda su vida. Algunos oyen este término y se sienten intimidados ?no tengan miedo. Una vez más, es el enemigo tratando de desanimarlos pero ahora ustedes están familiarizados con la forma en que el enemigo mete el miedo y la ansiedad que les impide ser conscientes del plan de Dios y la libertad que Él quiere compartir con ustedes. Esta es una parte esencial y muy hermosa de los Ejercicios Ignacianos. Con el fin de facilitar la confesión general, estaré ofreciendo momentos especiales para que ustedes vengan a hacer sus confesiones. A partir de la próxima semana, voy a estar en el confesionario sólo para escuchar las confesiones de los que hacen su confesión general. Tienen ustedes que llamar a la oficina y apartar uno de los siguientes horarios: Miércoles 28 de Mayo a partir de las 6 pm, Jueves 29 de Mayo a partir de las 7 pm, Viernes 30 de Mayo a partir de las 6 pm, Miércoles 4 de Junio en Orting partir de las 10:30 am y en Sumner a partir de las 6 pm, Jueves 5 de Junio a partir de las 7 pm, Miércoles 11 de Junio a partir de las 6 pm y Viernes 13 de Junio a partir de las 6 pm. Una vez más, estos horarios son sólo para aquellos que participaron en el programa de 40 Semanas y están listos para su confesión general. Van a inscribirse para un espacio de diez minutos y llenaremos esos espacios cómo vayan llamando.
NO TEMAN
Esta será una gran experiencia liberadora para todos los que participan. Si usted ha arrinconado el libro y no se ha mantenido al día con los ejercicios, empiece de nuevo y cuando esté listo para hacer su confesión general llame a la oficina y haga una cita diez minutos para su confesión. Si usted necesita algunas palabras de aliento para volver a los ejercicios, hable conmigo o con Mónica Rodrigues y podremos ayudarle. Ansío poder caminar con ustedes en estos días conociendo nuestra Historia Sagrada a través de estos ejercicios espirituales.
Pax,
Padre Jack D. Shrum