Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
El mes de Mayo tiene muchos momentos significativos en la vida, especialmente para los jóvenes. Ellos se gradúan de la preparatoria, la universidad o el seminario con mucho entusiasmo por los grandes cambios en sus vidas. Muchos jóvenes están buscando una nueva escuela o un empleo después de trabajar duro en la universidad durante los últimos cuatro años. Sus padres también están muy orgullosos de asistir a sus ceremonias de graduación.
Del mismo modo, en la Iglesia católica, la Educación Religiosas está llegando a su fin de año, con muchos adolescentes confirmados por el Obispo este Miércoles. Algunos seminaristas están siendo ordenados como diáconos transitorios y como sacerdotes. Otros sacerdotes y diáconos reciben nuevas asignaciones, ya que la mayoría de las diócesis de los Estados Unidos empiezan el nuevo año fiscal el 1o. de Julio. Mayo es también el mes cuando es más común oír hablar de sacerdotes mayores que pueden jubilarse.
Los Obispos Católicos consultan con la Junta de Presbíteros para evaluar las necesidades de la gente, para dar los nuevos nombramientos pastorales cada año. Algunos de los cambios son difíciles, pero todos creemos que Dios, en su amor y sabiduría, está siempre a cargo. El Papa y los Obispos tienen la tarea de proveer sacerdotes a cada parroquia para cubrir las necesidades del pueblo de Dios.
La mayoría de ustedes se han enterado de que al Padre Jack y a mí nos han asignado nuevas parroquias. El Padre Jack se va al norte, a Renton y yo me voy al sur, a Portland. Voy a estar trabajando como Vicario Parroquial de Nuestra Señora de Lavang, una parroquia vietnamita, que está justo al lado de la Parroquia de Santa Rosa. Nuestra Señora de Lavang es una parroquia grande con tres sacerdotes de tiempo completo y un sacerdote jubilado. Esta asignación será un reto para mí, sobre todo los fines de semana. Sin embargo, en el momento de mi ordenación, hice una promesa de respeto y obediencia al Obispo y a sus sucesores. Esto me recuerda que el sacerdocio no es un trabajo o una carrera, sino vivir como testigo de Cristo, con la actitud cristiana de "Hágase tu voluntad'', a través de la obediencia a nuestro Obispo local o sacerdote Superior.
El Señor resucitado claramente estableció el ministerio pastoral enraizado en el amor por Cristo y el amor por su Iglesia. Jesús comisionó a sus apóstoles para ir por todo el mundo y predicar el Evangelio. Como sacerdotes estamos llamados a amar la Iglesia en su totalidad, más que una sola parroquia o grupo en particular. Los feligreses deben amar y apoyar a sus nuevos pastores, que seguramente tendrán sus propios dones y talentos, aunque puedan ser diferentes.
Mayo también es el mes especial en que la Iglesia da honor a María. Se nos recuerda de vivir nuestras vidas de acuerdo a su ejemplo de hacer siempre la voluntad de Dios. Cuanto más damos nuestra vida a Dios y ponemos nuestra confianza en Él, Él nos mostrará su voluntad. Ruego para que ustedes confíen siempre en el Señor y lo sigan fielmente, para glorificarlo y alabarlo.