Queridos amigos,
Fui al Capitolio el pasado Martes con unos cuantos miles de otros a orar por el respeto a la vida humana en todas las etapas y en especial por el fin del aborto, en el 41 aniversario de Roe vs. Wade, cuando se legalizó el aborto en nuestro país. Era un hermoso día y era la multitud más grande que he visto en la Marcha por la Vida en los años que he estado asistiendo .
El día comenzó con la Santa Misa con el Arzobispo Sartain en la Universidad de San Martín. La Misa se ??celebra en la arena de basquetbol, y este año casi la llenamos. Había gente allí de todas partes de la Arquidiócesis. Es grandioso ver a tantas familias jóvenes y muchos de nuestros estudiantes de las escuelas Católicas allí. Tuvimos un muy buen contingente de San Andrés. En una de las fotos del diario The Olympian se ven muchos de San Andrés, incluido yo. Aunque otros feligreses de San Andrés son fácilmente visibles, yo estoy un poco escondido por lo que sería interesante ver cuánto tiempo podría tomar en "encontrar al Padre".
Como siempre, después de la Misa vamos a Olympia y marchamos a las escaleras del Capitolio. Luego hay un programa de oración y todos los senadores y diputados pro-vida hablan a la multitud. Este año, el testimonio más alentador fue de un diputado (cuyo nombre no recuerdo). Era la primera vez que él asistía a la Marcha por la Vida. Hasta el año pasado había estado en el otro lado del asunto. Aunque ha sido un hombre de fe, dijo que creía que todos tenían derecho a elegir libremente el aborto. Luego, cuando fue diagnosticado con etapa cuatro de cáncer las cosas cambiaron. Él llegó a conocer qué preciosa es la vida mientras él estaba luchando por su propia vida y, a través de la oración, fue atraído más profundamente a la vida de Dios. Poco después el proyecto de ley para financiar el aborto para todos llegó a la legislatura, y motivado por su nuevo amor y el respeto por el don de la vida, como Demócrata, votó en contra.
Al oírlo me conmoví por la autenticidad de su encuentro. Así es como sucede. Nuestra conversión no es una experiencia del otro mundo, sino que tiene sus raíces en la encarnación y el encuentro con Cristo aquí y ahora en esta vida. Esta es la buena nueva de que el Reino está cerca, aquí y ahora, que muchos llegan a conocer en un momento de crisis y en el sufrimiento, experimentando como Dios está con nosotros en medio de todo. Él es Emmanuel, y como Él dijo, "estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo ". Dios ama especialmente a los pequeños, a los que sufren, y a los despreciados por la sociedad. Dios quiere dar ese amor a cada uno de nosotros al encontrarlo a Él en los más pequeños.
Cuando nos enfrentamos a nuestra propia mortalidad, con el hecho de que vamos a morir, las cosas cambian. Es por eso que San Benito dijo en su Regla: " Todos los días mantén la muerte delante de tus ojos". Al hacerlo, llegamos a conocer cuán preciosa es la vida que se nos ha dado. ¡Cuán preciosa es la vida del niño, y la de las personas mayores en sus últimas etapas! Piense en su vida y lo precioso que es cada momento. Aproveche al máximo el tiempo que tiene, ya que nunca sabemos cuándo vendrá el Señor por nosotros. Cuanto más llegamos a conocer el don maravilloso que se nos ha dado, más podremos disfrutar de cada momento como un regalo de Dios. Lo animo a pasar algún tiempo reflexionando sobre su vida y su relación con Dios. Esto siempre da buenos frutos. Mientras lo hace, si hay algún miedo, resentimiento, ira, celos, cualquier cosa que le esté quitando su paz, deshágase de eso. Llévelo al Señor en la Confesión y reconcíliese con sus seres queridos. El miedo es lo que ha llevado a millones a quitar la vida de sus hermosos bebés y eso arrebata la belleza, la paz, y la alegría de nuestra vida cotidiana. ¡Qué diferente sería nuestro país sea si los 55 millones de nuestros hermanos y hermanas que han sido abortados estuvieran con nosotros! ¿De cuánta belleza nos estamos perdiendo por eso? Los invito a unirse a mí para una Hora Santa mañana, Domingo 26 de enero a las 7:30 de la noche, para dar gracias por el don de la vida y orar por el fin del aborto y la violencia que nos arrebata tantas vidas preciosas cada día.
Un bebé de 6 semanas.