En nuestra jornada de Cuaresma, en medio del desierto, una luz brilla para nosotros que nos llama a regocijarnos, porque el manantial de Agua Viva está en medio de nosotros. Jesucristo está con nosotros y (lo digo con profunda admiración) se convierte en uno de nosotros.
El próximo Martes 25 de marzo celebramos la Anunciación del Señor con una misa a las 6:00 de la tarde. Aunque este no es un día obligatorio (de precepto), si es una gran oportunidad para nosotros para comprender más claramente lo sagrado que es la humanidad, imagen y semejanza de Dios.
En octubre de 2013 el Papa Francisco, ante la imagen original de la Virgen de Fátima, reflexionaba en como nuestra humanidad, caída de la gracia de Dios, ha estado cautiva por el pecado, el cual, dijo, "es una especie de nudo creado en lo profundo de nosotros." Él, con su carácter gozoso, a continuación nos recordó que fue el "sí " de María el que "abrió la puerta a Dios para deshacer el nudo de la antigua desobediencia." Ella es "la madre que con paciencia y amor nos lleva a Dios, para que él pueda desenredar los nudos de nuestra alma por su misericordia paternal".
Vamos a reunirnos para celebrar la Anunciación del Señor, la confianza de Dios en nosotros, independientemente de que tan separados nos sentimos de su gracia, y la gran, maravillosa fe de María en el mensaje de Dios.
Hágase en mí según tu Palabra.