Queridos amigos,
Les escribo esta carta con el corazón lleno de gozo. Acabamos de terminar la celebración de Confirmación en San Andrés y estoy muy agradecido y orgulloso de ser su pastor. El Obispo Edward Burns presidió la Misa de Confirmación. Él tiene un gran espíritu y se conectó muy bien con los jóvenes y adultos que se confirmaron, hablando con ellos antes de la Misa y a cada uno de ellos de forma individual en el momento de su Confirmación. He compartido con ustedes, como lo hice con la congregación, que es una gran bendición ser el pastor y ver a los confirmandos acercándose a recibir el Sacramento de la Confirmación. Todos y cada uno se veían radiantes y en ese momento había un gozo que podía ver en sus ojos. Yo tenía el mejor asiento de la casa así que yo podía observar desde la perspectiva del santuario.
También pude administrar la Primera Comunión a cerca de 175 niños este año. ¡Hablemos de gozo! Fue increíble ver la emoción y el asombro cuando los pequeños recibieron a Jesús en el Santísimo Sacramento por primera vez. Además bauticé diez adultos y este fin de semana vamos a recibir en la Iglesia un par de nuevos miembros que han sido bautizados en otras iglesias. Esta temporada está llena de gozo para mí este año (como siempre lo ha sido, supongo) pero mi corazón se desborda y estoy muy agradecido de ser sacerdote y de ver el Espíritu Santo trabajando en las vidas de tantas personas al recibir los Sacramentos.
Al mismo tiempo, mi corazón está un poco apesadumbrado ya que vamos a sepultar a tres sacerdotes en una semana: el Padre Bryan Snyder de San Esteban, el Padre Pat O'Brien de San Martin, y el Padre Michael J. Ryan de la Catedral. Los funerales son cerca de casa y esto me alegra porque podré asistir a todos ellos, si Dios quiere. No hay nada como el funeral de un sacerdote. Al mismo tiempo hay alegría y gratitud por la vida de servicio que el sacerdote tenía y gran dolor por la pérdida. Supongo que es lo mismo en todos los funerales, pero en el funeral de un sacerdote vemos a gente que han estado presentes en todas las etapas de la vida del sacerdote y de las diferentes parroquias donde ha servido y todas las vidas que ha impactado y esto realmente me inspira. Espero tener unos cuantos años más para disfrutar del maravilloso don del sacerdocio.
Al despedirse la noche del jueves, el Obispo Burns me dijo un par de veces lo bendecido que soy de tener una parroquia tan vibrante. Él podría decirlo tan solo por una Misa que vino a celebrar. Una y otra vez se me recuerda lo bendecido que soy de ser su sacerdote. Quiero que todos ustedes sepan que estoy disfrutando muchísimo de mi estancia en San Andrés y Santos Cosme y Damián. Esto me hace consciente de lo mucho que podemos ver como si nada cuando convivimos con alguien día tras día y espero que yo nunca tome a usted o cualquier persona que viene a mí a la ligera. Quiero que sepan lo mucho que los aprecio y disfruto al servirles. Rezo para que con la ayuda de Dios yo pueda seguir creciendo en mi sacerdocio y en mi amistad con Él, y que Él continuará atrayendo mi corazón y me ayudara a crecer en mi relación con cada uno de ustedes. Ustedes están en mis oraciones cada día.
En Su Sacratísimo Corazón,
Padre Jack D. Shrum